¿Por qué hablamos de interdisciplina y transdisciplina?
Las distintas disciplinas, campos disciplinares o prácticas profesionales específicas, en tanto sistemas sociales, establecen sus criterios de existencia y éstos pueden plantearse en saberes abiertos o cerrados, según su constitución, sus marcos teóricos, su hacer específico, su concepción ideológica y su lugar en las relaciones de poder. En algunos casos se transforman en conocimientos y prácticas dogmáticas, que tienden a volverse hegemónicas, en tanto son aceptadas extensamente por la sociedad, naturalizando la cosmovisión que desde estas se proponen e influyendo fuertemente en intercambios económicos, políticos y sociales.
En este sentido, cada disciplina es como un conjunto que encierra todos sus elementos. “Pertenecer” y “estar adentro” son sinónimos de esta lógica, podemos pensar que lo disciplinario remite al encierro, en tanto que algo queda por “fuera” y algo queda por “dentro” y será celosamente custodiado por sus “marcos teóricos”, las “escuelas”, las “asociaciones científicas”, las “universidades”, “los ministerios”, los “hospitales”, los “laboratorios” y todas aquellas instituciones que están destinadas a sostener los lugares de poder y los discursos hegemónicos.
El desafío del trabajo interdisciplinario es “saber hacer” con otros profesionales de otras disciplinas e inclusive de la propia (ya que distintos posicionamientos teóricos y marcos de referencia así lo requieren). Entonces es necesario un posicionamiento que incluya un pensamiento complejo que nos permita reconocer la necesidad de lo inter y lo transdisciplinario en el abordaje de una situación o problemática determinada, sin desconocer la trama mencionada en el párrafo anterior.
Es necesario entonces pensar con otros que piensan distinto y que parten de marcos teóricos diversos para construir un marco de intervención común, pero que contemple y contenga la diversidad en su composición, que redundará seguramente en prácticas profesionales enriquecidas.
¿Qué es un plan de cuidados interdisciplinario?
Un plan de cuidados interdisciplinario es una estrategia que busca integrar diferentes áreas de la salud para tratar al ser humano de manera integral. En lugar de abordar problemas de forma aislada (física, mental, emocional, ambiental), este tipo de plan o abordaje en salud reconoce que el bienestar general depende de varias dimensiones que funcionan en conexión y de manera integral, contemplando aspectos psíquicos, emocionales, orgánicos o físicos, sociales, vinculares, entre otras.
El objetivo de este tipo de abordaje es crear un enfoque de cuidados que combine distintas disciplinas, como la psicología, la medicina, la nutrición, la actividad física y otras vinculadas a la expresión y al arte, que sean pertinentes para la persona o paciente destinatario, para promover una vida saludable, que permita el desarrollo subjetivo, físico y emocional, promoviendo la mejor versión del sujeto o paciente en cuestión. En este artículo proponemos algunas dimensiones y estrategias a tener en cuenta para armar un plan de cuidados integral, desde una perspectiva interdisciplinaria, que abarque distintas dimensiones.
Los beneficios de un enfoque interdisciplinario en la salud
A lo largo del tiempo, se ha comprobado que los sistemas de salud tal como los conocemos, separan el abordaje físico del mental y de otras áreas del ser humano e, incluso, fragmentan el cuerpo para un abordaje o atención por especialidades. Esto tiene como consecuencia la gran dificultad para ofrecer soluciones integrales a los problemas o cuestiones ligadas a la salud. Es necesario entonces revisar esas concepciones “fragmentarias”, para construir nuevas propuestas que contribuyan a visibilizar nuevos enfoques, más integrales, donde la escucha y la observación del paciente estén en el centro de la escena, donde el intercambio entre saberes de distinta procedencia esté como telón de fondo de un abordaje inter y transdisciplinario.
Mencionamos como ejemplo abordajes propios de la Gerontología, como son la Valoración Geriátrica/Gerontológica Integral (VGGI), la Atención Centrada en la Persona y el I.C.O.P.E. (Atención Integrada para las Personas Mayores, propuesto por la Organización Mundial de la Salud – OMS). Estas propuestas de abordaje contemplan la complejidad de su objeto de estudio (la vejez y el envejecimiento), es por ello que formulan una mirada integral y transdisciplinaria, que permite dar cuenta de la heterogeneidad en el curso de vida. En este sentido, elegimos hablar de “vejeces» al referirnos a dicho proceso en cada persona, entendiendo que es particular y subjetivo en cada caso, lo que plantea necesariamente una tensión con el contexto que busca homogeneizar y «protocolizar» al envejecimiento.
Debemos comprender que las trayectorias y biografías de las personas no se anulan en aquello que llamamos vejez, sino que, por el contrario, la diversidad en la que se manifiesta es parte constitutiva de la misma. Tenemos, entonces, que pensar no tanto por ruptura entre “etapas” vitales (niñez, adolescencia, juventud, vejez), sino por continuidad entre las mismas.
Podemos integrar distintas áreas del cuidado y, de esta manera, lograr:
- Prevenir enfermedades crónicas y agudas al mantener un equilibrio general en tu salud a partir de construir y aprender a largo plazo.
- Mejorar tu bienestar mental y emocional, ya que no solo tratamos los síntomas físicos, sino que también trabajamos en las causas subyacentes del malestar.
- Aumentar tu resiliencia y calidad de vida, al usar la creatividad y los espacios de expresión como herramientas de prevención, autocuidado y desarrollo subjetivo.
- Generar un autocuidado sostenible que promueva hábitos saludables a largo plazo.
Pero existe una tendencia condicionada por la historia a una mirada y abordaje bio-médicos en los equipos de salud, aún los que trabajan interdisciplinariamente, lo que nos lleva a ciertos reduccionismos e interpretaciones que limitan las prácticas profesionales y empobrecen la construcción de salud en una comunidad. Es por ello que proponemos incluir dimensiones sociales, antropológicas o culturales, técnicas, de cuidado, cognitivas y de salud mental que complejizan y enriquecen el abordaje profesional.
Es necesario entonces revisar esas concepciones “fragmentarias”, para construir nuevas propuestas que contribuyan a visibilizar nuevos enfoques, más integrales, donde la escucha y la observación del paciente estén en el centro de la escena.
¿Por qué consideramos importante la formación, la capacitación, la investigación y la experimentación?
Fomentar el aprendizaje continuo en técnicos, en profesionales y la comunidad en general es un desafío que permite profundizar los conocimientos, debatir y reflexionar, para contribuir a generar prácticas más honestas y acordes a los requerimientos de las personas y los contextos sociales, en relación a los procesos que se dan a lo largo del curso de vida. En este sentido, proponemos tener en cuenta en todo proceso de formación, capacitación, investigación y experimentación las siguientes dimensiones: .
1. Abordaje interdisciplinario
Abordaje interdisciplinario, desde una concepción transdisciplinar, que mire a las vejeces y al envejecimiento como problemáticas complejas que se dan a lo largo del curso de vida. Entendemos a lo inter y transdisciplinario como campos conceptualmente «mestizados», donde los aportes están teñidos no solo por marcos teóricos y de referencia conceptual, sino también por la filiación profesional, por las trayectorias e historias individuales, aportes estos que enriquece el intercambio para un abordaje integral que se asemeje a los contextos de aplicación. Abrir aquí el concepto de “prácticas profesionales enriquecidas”.
2. Perspectivas
Perspectivas de género, culturales, generacionales, que visibilicen las cuestiones del envejecimiento y el curso de vida en distintos grupos poblacionales, a distintas edades y en diferentes escenarios.
3. Divulgación
Divulgación de la perspectiva gerontológica, para que sea transversal a todas las especialidades, disciplinas (científicas, profesionales, artísticas) y a todas las edades y generaciones.
4. Integración
Miradas complejas e integradoras (que no fragmenten el conocimiento) en la formación profesional.
5. El curso de vida
El trabajo y la investigación sobre el curso de vida, las formas de envejecer y las «vejeces» en sociedades actuales, lo que permite proyectar futuros escenarios y contextos sociales.
Capacitación, formación, investigación y experimentación son herramientas fundamentales para la transformación, abren la posibilidad de reflexionar sobre escenarios actuales y futuros, contextos que presentan profundas contradicciones y paradojas, donde afloran prácticas anacrónicas, falta de recursos, dificultades para la accesibilidad; pero también nos permite poder detectar y encontrar abordajes novedosos, el profundo compromiso de muchos profesionales, la creatividad para administrar y gestionar recursos técnicos y humanos, el trabajo solidario y en red en manos de referentes de distintos ámbitos y disciplinas.
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