Cómo la tecnología está transformando la percepción del envejecimiento
En las últimas décadas, la tecnología ha transformado múltiples aspectos de la vida cotidiana, desde la forma en que trabajamos hasta cómo nos comunicamos y cuidamos de nuestra salud. Este avance también ha tenido un impacto significativo en la manera en que percibimos el envejecimiento. Para muchos, la tecnología ha permitido un envejecimiento más saludable, activo e inclusivo, mientras que para otros ha generado desafíos en la adaptación a un mundo cada vez más digitalizado, conformando una nueva forma de exclusión.
En este artículo exploramos el impacto de la tecnología en la percepción del envejecimiento, cómo influye en el bienestar de las personas mayores y cómo podemos utilizarla para contribuir a una visión menos prejuiciosa, más positiva y proactiva del envejecimiento.
Tecnología y envejecimiento: una relación en evolución
La tecnología y el envejecimiento han desarrollado una relación particular, en la que los avances tecnológicos han prolongado el promedio de vida de la población, lo que nos podría hacer suponer que mejoran la calidad de vida de las personas mayores. A su vez, podríamos pensar que lo tecnológico permite una adaptación progresiva hacia la atención de las necesidades de este grupo poblacional, cosa que no siempre ocurre.
Desde dispositivos que monitorean la salud hasta aplicaciones que permiten mantenerse conectados con familiares y amigos, la tecnología está cambiando la forma en que las personas mayores viven, trabajan y participan en la sociedad. El impacto va más allá del uso de dispositivos, ya que también afecta cómo las personas perciben el proceso del envejecimiento, dándole una nueva perspectiva.
1. Innovación en la salud y el bienestar
Uno de los cambios más evidentes que ha traído la tecnología es la forma en que se gestiona la salud. Para muchas personas mayores, los avances en la telemedicina, los dispositivos de monitoreo de salud y las aplicaciones para el seguimiento de hábitos saludables han permitido un seguimiento más eficiente de enfermedades crónicas y un envejecimiento activo.
Los dispositivos como relojes inteligentes, monitores de presión arterial y sensores que alertan caídas han reducido el riesgo de complicaciones en la salud al proporcionar datos en tiempo real tanto a los usuarios como a los profesionales responsables del seguimiento. Este enfoque preventivo, impulsado por la tecnología, permite que las personas mayores disfruten de mayor autonomía y seguridad en su vida diaria.
Además, las herramientas digitales como aplicaciones de meditación o plataformas de ejercicio en línea promueven el bienestar mental y físico, ofreciendo recursos accesibles para que las personas se mantengan activas y conectadas con su cuerpo.
2. Combatiendo la soledad y el aislamiento
la tecnología está ayudando a abordar estos desafíos. A través de plataformas de redes sociales, videollamadas y aplicaciones de mensajería, las personas mayores ahora pueden elegir estar en contacto con sus seres queridos, incluso si están lejos geográficamente.
El uso de aplicaciones como WhatsApp, Zoom y Skype permite que las personas mayores participen en eventos familiares, conversaciones y hasta reuniones de trabajo, contribuyendo a que sigan siendo parte activa de sus comunidades. Este acceso constante a la comunicación puede mejorar el bienestar emocional, reducir la sensación de aislamiento y promover una visión más positiva del envejecimiento.
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Es crucial desarrollar programas de capacitación digital dirigidos a las personas mayores, para que aprendan a utilizar las tecnologías de manera segura y efectiva. Iniciativas que promuevan la alfabetización digital no solo permitirán que más personas mayores aprovechen los beneficios de la tecnología, sino que también reducirán el estigma en torno al uso de dispositivos tecnológicos a edades avanzadas.
3. Educación y acceso a la información
Otro aspecto clave de la relación entre tecnología y envejecimiento es el acceso a la educación continua y la información. La posibilidad de acceder a cursos en línea, webinars y plataformas de aprendizaje ha permitido que las personas mayores mantengan su mente activa y continúen adquiriendo nuevas habilidades.
La tecnología ofrece herramientas educativas que van desde aplicaciones de idiomas hasta cursos universitarios virtuales. Esto no solo enriquece la vida personal y profesional de las personas mayores, sino que también contribuye a una percepción más dinámica del envejecimiento, donde aprender no tiene edad. El aprendizaje continuo resulta fundamental como estimulación cognitiva, lo que constituye un mecanismo de prevención importante si pensamos en el deterioro neurocognitivo.
El acceso a la información a través de internet también ha permitido que las personas mayores se mantengan informadas sobre temas de salud, finanzas y bienestar, lo que les posibilita saber más acerca de su calidad de vida y estar atentos para tomar decisiones importantes.
Desafíos y brecha digital en el envejecimiento
A pesar de ciertos beneficios, no todas las personas mayores logran integrarse en el mundo digital. La brecha digital sigue siendo un desafío importante, especialmente para aquellos que no crecieron con acceso a la tecnología o que no cuentan con los recursos o habilidades para utilizarla, ya sea por cuestiones económicas, por resistencia a las nuevas tecnologías, por sentirse ajenos a estas propuestas, o porque desde el contexto no se facilita ni promueve dicho acceso.
Este fenómeno de exclusión tecnológica puede aumentar las disparidades en salud y bienestar entre los adultos mayores, agravando problemas como el aislamiento social, la falta de acceso a servicios de salud y el desconocimiento de oportunidades educativas.
Es crucial desarrollar programas de capacitación digital dirigidos a las personas mayores, para que aprendan a utilizar las tecnologías de manera segura y efectiva. Iniciativas que promuevan la alfabetización digital no solo permitirán que más personas mayores aprovechen los beneficios de la tecnología, sino que también reducirán el estigma en torno al uso de dispositivos tecnológicos a edades avanzadas.
1. Adaptación de la tecnología a las necesidades de las personas mayores
Una forma de reducir la brecha digital es adaptando las tecnologías para que sean más accesibles a las personas mayores. Esto incluye el diseño de interfaces más intuitivas, dispositivos con pantallas más grandes, tipografía adaptada en tamaño y visibilidad, y funcionalidades simplificadas que faciliten el uso diario. Asimismo es necesario trabajar en la concientización y sensibilización de las comunidades, para generar contextos menos discriminatorios y más amables con la inclusión de personas mayores en el mundo digital.
El desarrollo de tecnologías inclusivas debe considerar aspectos como la disminución de la capacidad visual o motriz, la comodidad en el uso de interfaces y la facilidad de acceso a tutoriales o asistencia técnica. Al adaptar las herramientas digitales a las necesidades de los usuarios mayores, se puede potenciar su autonomía y asegurar que nadie quede fuera del mundo tecnológico.
La autonomía personal es la capacidad del individuo para hacer elecciones, tomar decisiones y asumir las consecuencias de las mismas. El término opuesto no es dependencia sino heteronomía, que implica que otros tomen decisiones por mí. La independencia hace referencia a la capacidad de la persona mayor de realizar las tareas de la vida cotidiana sin ningún apoyo. El término opuesto es dependencia, definida con la necesidad de contar con uno, algunos o muchos recursos y apoyos para desarrollar estas actividades. Burlando Páez, Campero “La dimensión del cuidado en el abordaje gerontológico”
El futuro de la tecnología y el envejecimiento
A medida que la tecnología y el envejecimiento continúan evolucionando, es probable que veamos un aumento en el uso de inteligencia artificial, robótica y otras innovaciones que transformarán aún más la calidad de vida de las personas mayores. Dispositivos que ayudan con las tareas domésticas, robots asistentes y avances en el monitoreo remoto de la salud son solo algunos ejemplos de lo ya existe o está por venir.
Estas tecnologías no sólo pueden facilitar el envejecimiento en el hogar, sino que también abrirán nuevas posibilidades para el cuidado personalizado de personas con distintos grados de dependencia, así como también facilitará la prevención de enfermedades.
Hacia una percepción positiva del envejecimiento
Es evidente que la tecnología tiene el potencial de transformar la manera en que percibimos el envejecimiento. Ya no se trata de una etapa de declive, sino de una oportunidad para vivir de manera plena, activa e independiente. A medida que los avances tecnológicos continúan mejorando la calidad de vida, la percepción del envejecimiento puede cambiar de ser un proceso pasivo a una etapa de crecimiento y desarrollo personal.
La clave para lograrlo está en asegurarnos de que las personas mayores tengan acceso a estas tecnologías y que las utilicen para empoderarse y mejorar su bienestar.
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